El I Ching me enseñó

Que, sin Sabiduría, el conocimiento se torna una carga densa y pesada que no permitirá ascender las gradas al Camino Medio

Que, sin conocimiento, la Sabiduría es una flor silvestre que dura una sola primavera

Que, sin la meditación circular de la luz, no habrá vivencia ni vicisitud, haciendo de la enseñanza algo mustio y lóbrego

Que, sin salir de lo mundano y aspirar a lo más alto en lo humano: su Espiritualidad, el Hombre -(varón y mujer por igual)- nunca cumplirá con el Gran Logro de romper los lazos terrenales-comunes, para Lograr lo Superior de la Magna Sabiduría

Que, para Lograr la Altura que el Sentido del Oráculo impele y propone, el buen discipulado debe asumir las 8 Virtudes como a su Nueva Persona

Que, para no extraviarnos y alejarnos de Su Enseñanza, siempre debemos consultar al mismo Oráculo sobre aquello que se dice ‘enseñanza del I Ching’, en modo de no desviar nuestra senda siguiendo espejismos, y evitar así el universo de las especulaciones

Que, para el discipulado Noble y Perseverante, el Oráculo se abrirá cuan Flor de Oro, en donde los Santos y Sabios del Origen de la Enseñanza dejarán de ser imágenes, símbolos, cálculos, trigramas…para mostrarse tal como son en el Cielo del Macrocosmos

Y llegando a mis 70 años de vida (en esta existencia) y habiendo sido perseverante y leal a la enseñanza de este Magnífico Medio por 45 años, puedo decir aquello que el I Ching me enseñó, porque lo que me sigue enseñando quizás no tenga tiempo para contarlo, pero lo cierto es que uno nunca deja de ser un discípulo de la Madre Sabiduría.


One Response to “El I Ching me enseñó”

  • lucas Says:

    ¿como lo hiciste estimado? salir de lo mundano, teniendo que cumplir funciones como ser padre, hijo, amigo, esposo, sin trabajo, etc
    Estoy y tratando de ser..

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